La evolución del modelo de desarrollo humano integral desde la Populorum progressio en diálogo interdisciplinar con otras escuelas de desarrollo
Author:
Larrú Ramos, José MaríaISSN:
2695-6462DOI:
10.32418/rfs.2018.290.1497Date:
2018-06-30Abstract:
El trabajo caracteriza la “escuela católica de desarrollo” con los siguientes ochos rasgos identitarios: trascendente–vocacionado, humano, integral, solidario, caritativo–verdadero, igualador, endógeno y sostenible. Además se destacan los siguientes elementos diferenciales respecto a otras escuelas: en la dimensión política, el ejercicio del poder como servicio, la participación de la sociedad civil para lograr un bien común promovido por el Estado bajo el principio de subsidiariedad y la posibilidad de que una autoridad supranacional fuera el garante de los “bienes comunes globales” (LS 174) contenidos en la Agenda 2030 del Desarrollo Sostenible; en la dimensión económica, la lógica del don, el trabajo subjetivo, el emprendimiento y la obligación de ayudar a los países menos desarrollados; en la dimensión sociocultural, la opción preferencial por los pobres, las estructuras de pecado y el ejercicio de la caridad política; en la dimensión ecológica, la “ecología integral” y la “conversión ecológica”, a la luz de la encíclica Laudato si’.
El trabajo caracteriza la “escuela católica de desarrollo” con los siguientes ochos rasgos identitarios: trascendente–vocacionado, humano, integral, solidario, caritativo–verdadero, igualador, endógeno y sostenible. Además se destacan los siguientes elementos diferenciales respecto a otras escuelas: en la dimensión política, el ejercicio del poder como servicio, la participación de la sociedad civil para lograr un bien común promovido por el Estado bajo el principio de subsidiariedad y la posibilidad de que una autoridad supranacional fuera el garante de los “bienes comunes globales” (LS 174) contenidos en la Agenda 2030 del Desarrollo Sostenible; en la dimensión económica, la lógica del don, el trabajo subjetivo, el emprendimiento y la obligación de ayudar a los países menos desarrollados; en la dimensión sociocultural, la opción preferencial por los pobres, las estructuras de pecado y el ejercicio de la caridad política; en la dimensión ecológica, la “ecología integral” y la “conversión ecológica”, a la luz de la encíclica Laudato si’.